Así como en muchas ocasiones pedimos a nuestras propias madres su valioso consejo para salir de nuestras dificultades, de esta forma también podemos pedir el auxilio de Nuestra Madre Santa, la Virgen María, Madre de nuestro Señor Jesucristo, para que interceda por nosotros ante Dios, para que de esta manera ocurra el milagro que necesitamos en nuestras vidas.
Oración milagrosa dedicada a la Virgen Maria
Esta oración la debemos realizar durante 3 días y 3 noches seguidas, con mucho amor y fe, y con arrepentimiento de nuestras faltas para que seamos escuchados por nuestro Padre Santo.
En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
¡Oh María, Virgen soberana, gloria de los justos, Hija humildísima del Padre, Madre purísima del Hijo, esposa amadísima del Espíritu Santo!
Yo te amo y te ofrezco todo mi ser para que lo bendigas; María, llena de bondad y clemencia, me acerco a ti y te invoco en estas horas de amargura para implorar tus favores.
Madre admirable, Madre de la divina gracia, verdadero consuelo del que llora, abogada dulcisima de los pecadores, presencia de Dios constante, ten piedad de todos aquellos a quienes amo; y por tu Inmaculado Corazón, Sagrario y Templo de la Santísima Trinidad, asiento de tu poder, trono de sabiduría y océano de bondad, alcánzanos que el Espíritu Santo forme en nuestro corazón un nido en que repose para siempre.
Madre alcánzame lo que tanto me hace falta, lo que con todo el fervor de mi alma te pido, por los merecimientos de Jesús y los tuyos, si es para gloria de la Trinidad Santísima y bien de mi alma.
Acudo a Ti como poderosa intercesora para pedirte por esta muy difícil necesidad, por este imposible problema que tanta desesperación me causa y que me resulta inalcanzable por mis débiles medios.
(Ahora di el milagro que necesites que llegue a tu vida)
Y aunque para mi es casi imposible de conseguir, en tu mano está el concedérmela, y de este modo pueda yo ver resuelta las dificultades, preocupaciones y dolor que me provoca esta situación angustiosa.
¡Virgen Santa, noble reina de los ángeles, Esposa del Espíritu Santo, acuérdate de que eres mi Madre!, Tú que nos pones en comunicación con tu Hijo, que nos das los medios para llegar al Altísimo, te imploro presentes mis peticiones para que reciba urgente auxilio.
Dulce María. madre amada mía, líbrame de los enemigos de mi alma y de los males temporales que me acechan en la vida, a Ti sean mis afectos de gratitud y devoción.
María, Santa Señora, ruega por todos nosotros a tu Santísimo Hijo, Nuestro Señor y Maestro Jesucristo. Amén.
(Ahora reza un Padre Nuestro, un Salve, un Avemaría, y un Gloria)
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